Las calderas una vez se instalan necesitan de un ajuste para que operen correctamente con  las características singulares de cada instalación. Este ajuste se conoce como puesta en marcha de la caldera. La puesta en marcha de la nueva caldera incluye ajustar la potencia para agua caliente sanitaria dependiendo de los caudales de producción de agua caliente que necesitamos alcanzar en los grifos de la vivienda, ajustar la potencia en calefacción a las dimensiones del circuito de calefacción y numero de radiadores existentes, ajustando la velocidad de la bomba circuladora de la caldera, estos ajustes determinan la selección de una potencia que calcula y establece el Servicio Oficial de puesta en marcha de la caldera.

Finalmente una vez esta potencia a quedado ajustada al usuario se le facilita la posibilidad de realizar ajustes de temperatura en agua caliente y calefacción desde los mandos externos de control de la caldera.